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Editoriales

La economía como argumento político

CPD-Centro de Producción Documental

El gobierno ha mostrado una muy marcada preocupación en ordenar sus cuentas fiscales, en controlar la emisión monetaria e incentivar a la entrada de dólares.

José Lezama

Director del Centro de Producción Documental. Economista UBA.

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La economía es un argumento político. No es, y nunca podrá ser una ciencia…En la economía no existen verdades objetivas que puedan ser establecidas independientemente de los juicios políticos y a menudo morales. Esto no significa que “todo vale” – algunas teorías son mejores que otras dependiendo cada situación -, sino que jamás deben dar crédito a un economista que afirme ofrecer un análisis “científico” libre de valores.
Ha-Joon Chang – Economía para el 99% de la población

La inflación del mes de agosto fue la más alta del año y también ha resultado ser la más alta registrada durante la actual gestión de gobierno.

Sin lugar a dudas este fenómeno representa un síntoma grave, cuyas causas han sido discutidas a lo largo de la historia económica del país. No entraremos en este sentido, en tecnicismos que no nada aportan al planteo de fondo, aunque sí propongo que busquemos respuestas a estas preguntas: ¿Cuánto tiempo más podremos sostener niveles inflacionarios en este nivel? ¿cuándo debemos empezar a preocuparnos por una potencial hiperinflación?

Hay mucha teoría económica que propone un entendimiento probable sobre las causas de la inflación. Pensar en algunas de ellas, lamentablemente generan hoy un fuerte sesgo político, puesto que desde la política partidaria se ha optado por definir el pensamiento del partido desde una concepción económica radicalizada. Ello ha devenido en posiciones económicas antagónicas cuyos planteos pueden resumirse en la elección de negro o blanco, sin matices. Recordemos que una de las máximas en economía, y podríamos decir casi slogan es “depende”. Ese depende nos da la posibilidad de matizar, de entender el contexto y de adecuar los conceptos teóricos según se vayan desarrollando los acontecimientos. Esto significa pensar soluciones de índole económico adaptables al contexto social.

Es cierto que, en economía, pero fundamentalmente en la corriente dominante “la escuela neoclásica” se han definido axiomas y postulados de carácter general, los que independientemente del contexto social se cumplen dadas determinadas condiciones. Esto no es menor, la relevancia que adquieren esas “determinadas condiciones” es clave y es ahí en donde podremos encontrar indicios para dar respuesta a las preguntas planteadas con anterioridad.

Si tuviésemos que desarrollar un conjunto de temas que fueron los que definieron la tónica de los que sucedió durante el mes de agosto, podemos decir que:

• Se produjo un cambio importantísimo en la gestión de gobierno. La incorporación de Sergio Massa al Gabinete como Ministro de Economía ha generado un golpe de efecto muy marcado. Su impronta y su capacidad de diálogo con diversos actores de la política y con el mundo empresario resultan claves en momentos críticos como estos, puesto que la capacidad negociadora de la máxima autoridad económica es EL valor más preciado.

• Durante los primeros días del mes de agosto la caída de reservas fue muy pronunciada. Tal es así que, durante la primera semana del mes, las reservas disminuyeron en más de USD 1.000 millones. Posteriormente se produjo una leve recuperación, pero resulta muy complicado poder quebrar la tendencia a la baja. Este es un factor central para el cumplimiento del acuerdo con el FMI y los efectos de las medidas tomadas desde el Ministerio de Economía a lo largo del mes (fundamentalmente generar incentivos para la liquidación de granos y recomposición de la cuenta que registra las importaciones de energía mediante la implementación del nuevo cuadro tarifario), deberían generar resultados mucho más temprano que tarde.

• La cuestión tarifaria y la actualización de precios en distintos bienes y servicios esenciales cuya implementación se efectuó en julio / agosto, también han sido parte de las mesas de debate y discusión sobre el impacto de ello en el bolsillo del ciudadano de “a pie”. Se está a empezando a debatir ya no únicamente respecto al aumento porcentual, sino sobre la conveniencia de sostener determinados servicios públicos esenciales en un nivel de precio por unidad (kw, litro, pasaje, entre otros) muy atrasado respecto de otros bienes y servicios.

Estos tres elementos inciden sobremanera en las condiciones que permitan esbozar una respuesta razonable a las preguntas del inicio. Dado lo mencionado en los puntos anteriores, podemos decir que la inflación seguirá siendo tapa de las noticias. Resulta poco probable, por las propias tensiones del modelo económico vigente en nuestro país, poder encontrar respuestas que maduren en el muy corto plazo. Se entiende que el objetivo posible consiste en administrar un nivel de inflación que se ubique en torno al 6% mensual de acá a fin de año y evitar aumentos bruscos en determinados tipos de bienes y servicios esenciales para la población. Se entiende a su vez, que no están dadas las condiciones para una potencial hiperinflación. El gobierno ha mostrado una muy marcada preocupación en ordenar sus cuentas fiscales, en controlar la emisión monetaria e incentivar a la entrada de dólares. Todas señales que denotan una cosa central y definitoria: brindar previsibilidad.

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