A pocos días de ingresar en la temporada invernal en nuestro país, podemos observar con preocupación que la segunda ola de esta Pandemia mundial no da tregua en nuestra región. Más allá de la reciente aceleración en la llegada de un contingente importante de dosis que ha acelerado a su vez la campaña de vacunación en todo el país, nos encontramos tal vez en el momento más crítico del último año y medio tanto en lo económico como en lo sanitario.

• ¿Cómo ha afecta la inflación a los distintos estratos sociales? la inflación se profundiza en la economía local y se potencia aún más en la pandemia, produciendo así efectos adversos en los diferentes estratos socioeconómicos, situación que presiona cada vez más a la profundización de las diferencias económicas entre los que menos pueden adquirir y los que todavía pueden preferir. Y en un contexto de desigualdad galopante, ni rica ni pobre, la siempre oprimida clase media se va descomponiendo poco a poco. La clase media no solo se achica, sino que además, hacia su interior, se fragmenta y atomiza.
• Los acuerdos paritarios que se han cerrado en las últimas semanas superan ampliamente la meta oficial de inflación para este año (29%). Esto significa que ningún sector económico convalida la meta del gobierno y es totalmente lógico que los acuerdos cierren por sobre esa meta. De hecho, si tomamos en cuenta que la inflación promedio de enero – abril 2021 ronda el 4% mensual, y si seguimos esa proyección estaríamos hablando de una inflación esperada del 48%, entonces muchos acuerdos tendrán que reverse más temprano que tarde para que la carrera de los salarios contra los precios no quede tan desfasada.
• Se evidencia la no existencia de una estrategia consensuada entre distintos factores de poder sobre donde es prioritario que se acceda a Internet y como deberíamos prestar ese servicio a las distintas comunidades. Más allá de la discusión lógica sobre conseguir una “educación de calidad”, desde distintos sectores debemos empezar a concretar una “conectividad de calidad”. Debemos hacer que exista, pero simultáneamente que sea buena y estable. En este contexto, contar con conexión a internet resulta una precondición vital para poder acceder a otros derechos, como a la educación, a la salud, a realizar trámites y reclamos, a la información, a la cultura. Un dato clave al respecto: más del 70% de las escuelas rurales en Argentina no tiene conexión a Internet. Esto equivale a decir que más de 630.000 alumnos de todo el país que accede a establecimientos de este tipo no tiene acceso a internet en su escuela.