Marzo ha sido un mes muy complejo para nuestro país por diversas razones que analizaremos en las próximas páginas, y ello se evidencia en los datos e indicadores que podemos rescatar a partir del seguimiento de algunos que consideramos relevantes en cada una de las dimensiones de análisis.

Definitivamente, la cuestión económica es el tema central en todas las conversaciones y ello impacta de lleno en el funcionamiento y desempeño del resto de los indicadores socios económicos. Analizamos el apartado referido a inflación y las perspectivas hacia el cierre de 2023 no son buenas, los resultados no acompañan y tienden a formarse expectativas negativas respecto a su evolución. Los acuerdos paritarios fueron otro de los temas centrales y en ello a inflación juega como elemento determinante. En este último sentido la convalidación de una inflación más alta a la esperada por el gobierno (60%) a partir de acuerdos que trimestralmente cierran por arriba del 30% hablan a las claras de un proceso inflacionario que no fuera a aflojar. Si a todo eso sumamos que en materia educativa y medioambiental visualizamos ciertos retrocesos o ajustes que encienden luces amarillas respecto al nivel educativo de los estudiantes y a la capacidad de nuestro país para adaptar su matriz productiva en pos de preservar el medioambiente (por el efecto de la Ley Europea sobre no comprar productos provenientes de países en el que la desforestación está presente), han configurado un marzo muy complicado.