Conversamos sobre macroeconomía argentina junto a Francisco Ballester, Director de la consultora Mindy-Economics.
Francisco Ballester, Director de la consultora Mindy-Economics, conversó vía Zoom sobre macroeconomía argentina con el director del Centro de Producción Documental, José lezama, en el marco del ciclo de entrevistas “Compartiendo Conocimientos”.
Los temas habituales en materia económica, los que generan debates e inquietudes son como siempre: inflación, deuda y la evolución del tipo de cambio ¿más allá de estas cuestiones, qué tipo de caracterización podés hacer sobre la economía argentina?
Yo pienso que la economía Argentina esencialmente es una que tiene grandes problemas para crecer sostenidamente. El producto bruto per cápita, que es la manera en que medimos si la economía crece, ha caído desde 2011. Es decir, en los últimos 10 años lo que producimos en promedios argentinos se redujo. Esto es una anomalía. Esto es una anomalía con respecto a la mayor parte de los países del mundo. Sumado a esto, mirando al pasado tenemos sucesivas crisis macroeconómicas que nos hacen retroceder un montón de casilleros en ese sendero de crecimiento y de mejorar el bienestar de la población”
Muchos especialistas dicen que uno de los principales problemas para el país es la muy baja capacidad de generar dólares ¿cuál es tu mirada respecto a este tema?
Yo no comparto la visión de que la falta de dólares es el limitante para el crecimiento de la economía. Todo ese tipo de restricciones dificulta el normal funcionamiento de la economía Argentina. Mi postura es que la incapacidad de crecer de Argentina tiene que ver más con cuestiones internas. Hoy la falta de dólares que hay en la Argentina es una cuestión de desconfianza en la moneda local.
¿Qué opinión tenés sobre la vigente matriz productiva nacional? ¿Es necesario reconfigurarlo para viabilizar un proceso que nos permita potenciar esa entrada de divisas?
La integración comercial de Argentina, de manera generalizada, es a través de cadenas globales de valor. Es decir, la integración a lo largo de la cadena productiva en el mundo. Una economía que necesita vivir todo el tiempo exportando más de lo que importa es una economía que no funciona bien.
Inflación. ¿Qué expectativas en materia de inflación visualizas para los próximos meses?
Hoy es más factible que nos acerquemos al 90 o 100 por ciento, en un escenario optimista. En el corto plazo ya estamos viendo decisiones de precios muy particulares, que tiene que ver con un cambio fuerte de las expectativas de la gente. Veníamos en ritmos inflacionarios en torno al 5 o 6 porciento, en los próximos meses es probable que veamos un nuevo nivel en torno al 7, 8 o 9 por ciento mensual. Eso ya te dejaría un piso de 90% para cerrar el año. Deja de haber economía cuando no hay precios.
Hasta hace unos meses varios gremios celebraban acuerdos paritarios de alrededor del 60%-65%. La inflación no está dando tregua ¿se prevé una carrera precios salarios para lo que viene?
Lo que vimos con respecto a las negociaciones salariales es un acortamiento de los plazos de negociación. Muchos gremios que antes negociaban paritarias a un año ahora lo están haciendo a 9 o 6 meses, lo que da la pauta de que el régimen inflacionario está transitando de una inflación moderada a una alta. Para tener una espiralización inflacionaria que nos lleve a otro contexto, se necesita algún condimento adicional, como una caída fuerte en la demanda de pesos.
En materia de economía, ¿Qué cosas buenas se pueden rescatar de esta situación?
Creo que si hay algún aspecto positivo para rescatar es, primero que tenemos una sociedad con mucha resiliencia, que ha enfrentado sucesivamente estas crisis. Segundo, que esta sociedad resiliente, cada vez tiene un consenso más grande sobre cosas que nos molestan a los argentinos.
Si fueras presidente de la nación por un día ¿Qué medida, que se implementaría, adoptarías?
Hago todo lo posible para eliminar el déficit fiscal. Para mí eso es lo que necesita la Argentina para generar una mejora en la confianza, en la credibilidad. Creo que eso tendría efecto positivo sobre la brecha cambiaria, sobre la inflación, las expectativas. Eso no resolvería el problema del crecimiento, pero creo que podría evitar que entremos en una crisis mayor.
GEO, transformando el conocimiento en acción.
Entrevistas sugeridas
