Ha pasado el primer trimestre del año y lo que parecía una vuelta, sin prisa pero sin pausa, a las actividades socio económico habituales, se vio afectada por una segunda ola de la pandemia muy agresiva. Los números de contagios y fallecidos de fines de marzo y primeras semanas de abril, han generado que las autoridades nacionales tomen medidas drásticas para bajar la circulación de personas1 al mínimo posible y evitar, o por lo menos tratar, la saturación del sistema de salud. Está muy claro que desde el gobierno, frente al “debate” salud o economía (y ahora educación), va a priorizar las medidas de impacto sanitario directo y no tiene reparos en asumir el costo económico (y tal vez político) de tal decisión.

• Desde el punto de vista sanitario, la cuestión central sigue y seguirá siendo la pandemia por COVID-19. En estos momentos, el indicador de % de ocupación camas UTI en la región AMBA alcanza el 71,4%2 y es uno de los datos más relevantes y uno de los motivos por los que los tomadores de decisión evalúan la implementación de políticas sanitarias. Ello, junto a la evolución diaria de casos (más de 25.000 promedio diario en los últimos días), el ritmo de vacunación (más de 5,9 millones de aplicaciones a la fecha) y su correspondiente acceso (compra), conforman el monitor sanitario clave.
• La vuelta a clases fue paulatina. Las jurisdicciones que han implementado la vuelta a clases siguiendo las recomendaciones según los protocolos oficiales, demostraron que en ese ámbito, el impacto de la pandemia es muy leve 0,16% de los alumnos que fueron a clases presenciales sufrió el contagio del virus. Sin embargo, el incremento exponencial de los casos a nivel país ha llevado a un nuevo cierre de aulas y la vuelta a clases virtuales hasta, por el momento, el día 30 de abril de 2021.
• Desde el punto de vista económico, se espera que la inflación del mes de marzo sea la más alta del año. Será muy difícil, aunque no imposible, mejorar los números de inflación de los próximos meses. Nuevamente se tendrán que analizar las tensiones que se generan entre la emisión monetaria para sostener a los sectores económicos más golpeados y la velocidad de circulación del dinero. Estas tensiones generan presiones inflacionarias que deben ser analizadas en conjunto. En este marco el REM del BCRA estimó que la inflación tiende a acelerarse, aumentando de manera interanual hasta 45,6 % a diciembre 2021.
• El mercado de trabajo se recupera lentamente. Se espera que hacia el 2021 la economía logré recuperarse luego de un 2020 para el olvido. Los datos de EMAE son promisorios: el último dato de enero 2021 (aumento de 1,9% respecto a diciembre 2020) se evidencia en los indicadores laborales y de actividad, los cuales son condición necesaria para la recomposición del mercado laboral.