Pablo Marzocca, Licenciado en Recursos Humanos, es Headhunter y conocedor en profundidad del proceso de reconocimientos de talentos en Argentina y el mundo, conversó con José Lezama, Director del Centro de Producción, en el marco del tercer Ciclo de entrevista “Compartiendo Conocimientos”.
¿Por qué hiciste la licenciatura en Recursos Humanos?
Primero me había anotado en administración de empresas, pero rápidamente me di cuenta que no era lo que quería. Luego me junté con dos o tres personas a las que consideraba mis referentes en ese momento, ellos me contaron las cosas que hacían como licenciados en Recursos Humanos en las empresas. Me di cuenta que eso me gustaba y empecé a estudiar, también tuve la suerte de ser pasante desde muy chico en el área de Recursos Humanos.
¿Qué es lo que hace un licenciado en recursos humanos?
El área de recursos humanos se divide en la parte hardware y la parte software. La parte Hard es la liquidación de los sueldos, esto lo puede hacer un contador. Pero a mí me gusta la otra parte, soft, porque ahí es en donde se ve reflejado el trabajo de recursos humanos, en la cual se abren distintas aristas, como ser la parte de selección, capacitación, clima, comunicación, cultura, de desarrollo de personas en el ámbito laboral.
¿Cómo se ve al argentino desde el exterior?
El argentino es muy valorado por su proactividad, su iniciativa, su forma resolutiva de hacer las cosas, nuestra empatía. Siempre se dice que a la Argentina se va a contratar porque la mano de obra es barata, quizás sí, pero también hay algo que les gusta de los argentinos. En los otros países de Latinoamérica no es así, yo trabajo con muchas empresas y siempre priorizan contratar empleados de Argentina.
¿Cómo ves el rol de la programación en las empresas?
Los jóvenes sueñan con trabajar en una empresa en Suiza y cobrar en una cuenta Pay Pal. Sin embargo, no es fácil, porque las personas que son programadores tuvieron que estudiar, tienen que capacitarse constantemente. Hay que estar predispuesto para eso. Después, por lo general, los que ganan en dólares tienen que tener muy buen inglés.
¿Qué desafíos implica interconectar equipos interculturales en las empresas?
Para los líderes de los equipos no es fácil ya que hoy en día se trabaja mucho en remoto. Realmente, hay muchas culturas, a la hora de la comunicación, del respeto, la manera de coordinar los tiempos.
Siempre que te veo te hago esta pregunta. ¿Por qué quisiste viajar por el mundo?
No tengo una respuesta a eso. Yo estaba muy bien en el sentido de que tenía mi trabajo, mi casa. En su momento, terminé la escuela y después estudié, y estuve muy abocado al escultismo y como haciendo otras actividades y nunca había viajado, pero siempre tuve ganas. Luego renuncié al trabajo y mi primer viaje lo hice a África, no trabajé ese año y me mantuve con mi ahorros y haciendo muchos voluntariados en muchos países. Fue por vivir una experiencia personal. Después cuando volví a Buenos Aires me dieron ganas de seguir viajando y ya comencé a hacerlo desde otro lugar, ahora si trabajando en remoto para poder asegurarme mi subsistencia, lo que implica un gran esfuerzo que elijo hacer por lo gratificante que es para mi estar en contacto con otras culturas.
¿Ahora dónde estás viviendo, Pablo?
Estoy recorriendo el Sudeste Asiático. En la actualidad, me encuentro en Vietnam, en una isla, anteriormente estuve en Laos, en Tailandia. Luego voy a hacer voluntariado en Camboya y la India. Estoy acostumbrado a hacer muchas cosas durante la mañana y la tarde, pero aquí trabajo con el horario de América Latina, me toca trabajar a partir de las 8 de la noche.
¿Qué buscas rescatar en tu viaje por el Sudeste Asiático?
Es muy interesante culturalmente. A mí me gusta tener conversaciones largas y hay personas que saben muy poco inglés, pero ya con el gesto o las miradas aprendes mucho. Estos países a nivel turístico tienen cosas lindas para ofrecer, como las selvas, las montañas y las playas. Sin embargo, lo que más me gusta es conectar con la realidad del país y su gente.
¿Cuál fue el destino que más te impresionó?
Es una pregunta que me hacen siempre. No tengo un país preferido, porque a veces vas a un lugar y te toca un mal tiempo o no conociste a las personas adecuadas, y no por eso es un país feo. Uno tiene que ser más objetivo en ese sentido.
¿En tu experiencia qué es el voluntariado?
Es aportar el granito de arena, dedicarle un tiempo, ya sea a una persona, a un animal o a otra cosas, que sabes que haciendo eso lo podes ayudar. Hay muchas formas de definir al voluntario o al servicio, pero lo trato de decir de la manera más básica para que todos lo puedan entender. La persona que nunca lo hizo, lo va a entender cuando ayude a otra persona. Ahí te das cuenta de lo que hiciste, eso te reconforta mucho.
¿Estás siguiendo el proceso político de nuestro país?
Estoy viendo todo, más allá de que no tengo presente las propuestas de los candidatos, pero leo mucho por redes y estoy al tanto de Argentina. Para mí estar afuera del país es como si estuviera allí, porque mañana podría volver. Mi mirada es como la de todos los argentinos, de tristeza. Esperemos que todo cambie, para que las familias no se vayan a otros países. A esta altura, ya nadie sabe por qué pasan estas cosas.
¿Cuándo te vas y volvés de un viaje, ves que todo sigue igual o hay un cambio?
Si hay un cambio es porque tenemos un nuevo presidente o por si sube el dólar. La gran pregunta es a cuánto está el dólar. Argentina está mal, por el tema económico y la inseguridad, pero también lo padecen gente de otros países que se van a otro lugar que no sea el suyo. La migración está en todos lados, están españoles que se van de su tierra. Está muy idealizado que afuera todo está bueno, pero no es tan así, porque no es fácil. Si bien tenés más oportunidades, pero yo lo veo más en lo social, la educación de mis hijos con sus abuelos, las amistades.
Si fueras presidente por un día y tuvieras la posibilidad de implementar una medida de realización efectiva, ¿Cuál sería esa primera medida?
No pienso en una medida, pero haría algo asociado al hambre que hay en la Argentina, algo en contra de la pobreza, para que la gente tenga todos los días asegurado un plato de comida. Dentro de la pirámide está la educación y la alimentación, pero antes de todo está que la personas puedan comer.
GEO, transformando el conocimiento en acción.
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