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Entrevistas

Gabriel Delgado: “Prefiero hablar de bio industria más que de sector agropecuario”

El currículum de Gabriel Delgado impresiona: Doctor en finanzas, Licenciado en Economía agropecuaria, productor agropecuario, tiene dedicación docente desde hace aproximadamente 20 años en carreras de grado y post-grado. Ha publicado diferentes artículos y libros en el área agropecuaria y ocupado desde 2010 puestos de dirección, habiendo sido en el período 2013-2015 Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

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Es una alegría charlar con vos hoy, Gabriel. Muchas gracias por venir a GEO.
¿Cuál es el estado del agro en este contexto económico? ¿Cómo lo ves y hacia dónde crees que vamos?

En primer lugar, es un placer para mí estar acá, muchas gracias por la invitación.
Voy a empezar por la última pregunta, y después engancho el resto.
El sector agropecuario está siendo objeto de algunos desafíos tecnológicos igual que el resto de las industrias. Hasta ahora el sector venía esquivando esas industrias novedosas, pero ahora estamos entrando en tiempos donde la tecnología también va a desafiar a las bases sobre las cuales el sector agropecuario se desarrolló en los últimos años de historia.
La productividad del agro explotó: hoy se puede sembrar, pulverizar, cosechar y envasar una hectárea de soja en cuarenta y cinco minutos. Es muy fuerte lo que está pasando con la robotización y el tamaño de las máquinas hoy en día; y a la par de esto hay una serie de innovaciones que vienen de San Francisco, California e Israel, donde hay una movida muy grande para no utilizar tierra como producción de proteínas. Entonces, está el vertical farming, la agricultura celular…
En promedio de cada tres o cuatro proteínas vegetales que se producen tienen como destino producir una sola proteína animal.

Suena futurista…

Yo sostengo que nos espera un futuro con mucha abundancia de comida. Veo un sector incipiente de una fuerza increíble que es toda esta cuestión de la agricultura celular, y una disminución en los consumos del alimento que se le da a los animales. No digo que no habrá hambrunas, eso es una cuestión de distribución de ingresos, lo que yo veo es una cantidad de alimentos suficiente y con una agenda moral que también le cae al sector alimentos.

Bienvenido el análisis, el cuestionamiento y la reflexión.

Lo peor que puede hacerse es negar lo que está ocurriendo.
Hay cambios tecnológicos y sociales, Y la cuestión de la salud, lo que determina qué vas a comer mañana; el futuro de la medicina va a generar cambios profundos en la tendencia de los alimentos, especialmente en las grandes urbes.

¿Cómo impacta esto en nuestro país?

Argentina tiene un componente importantísimo de producción de soja, así como también de maíz y de trigo. La carne genera mil millones de dólares por año y la pesca dos mil.

La soja representa el 75% de las exportaciones argentinas. Dependiendo del año, la soja te aporta entre quince mil y veinte mil millones de dólares. El componente soja y el componente maíz son los otros dos grandes inyectores de dólares en la economía argentina.

El destino de esa producción es básicamente los cerdos de Europa y los peces de China; no fabricamos alimentos para cuatrocientas millones de personas, no somos el supermercado del mundo. A lo sumo somos el supermercado para el consumo animal.
Si la tendencia es consumir cada vez menos carne animal, de acá a treinta años deberíamos cambiar esta estructura productiva. Súmale los problemas ambientales, la sociedad que rechaza cada vez más los agroquímicos…
A la mirada estratégica de la Argentina de cara al futuro le faltan muchas horas de discusión.

¿Cómo país podemos ser competitivos a nivel global a partir de los avances tecnológicos aplicados al sector?

Argentina tiene un sendero mucho más interesante por ese lado que por lo que estamos haciendo ahora. Es muy probable que el primer Unicornio de agro sea argentino, Bioceres.

Extraordinario

Tenemos una posibilidad importante de exportar semillas. Una semilla vale cuarenta veces más que un grano para consumo porque tiene genética. Y nosotros no tenemos una ley de semillas.

Íbamos a preguntarte al respecto

Podrían ser mil millones más en exportaciones si trabajáramos en eso. Y no tenemos la ley por no lograr acuerdos…

¿Intereses cruzados?

Miserias. No hay ninguna razón para no tener una ley de semillas.
No se puede seguir discutiendo una ley del setenta y cuatro, cuando no existía la transgénesis, los marcadores moleculares, ni todas las sofisticadas técnicas de mejoramiento que hay hoy en día.
La función de producción del agro está trabajando mucho hace años, pero nosotros seguimos dándole de comer a los animales, el último eslabón de la cadena trófica, y, en ese caso, los términos de intercambio para el país no va a ser buenos.
Prefiero hablar de bio industria más que de sector agropecuario. Y cuando hablo de bio industria hablo de nutracéutica, de la relación de la bio industria con la medicina, de cosas que ocurren con bacterias, levaduras, con organismos vivos que de alguna manera pueden desarrollar sectores que generan un altísimo valor de exportación.

¿Existe un marco regulador en Argentina? ¿Están dadas las condiciones para que se pueda generar una expansión positiva?

Te doy un ejemplo: la Argentina tiene una comisión llamada CONABIA, Comisión Nacional de Biotecnología, que autoriza o desregula los eventos biotecnológicos. Es la única institución del mundo reconocida por la FAO (Nota: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)
Se está negociando con el gobierno de Malvinas, por ejemplo, para darles asistencia técnica con lo del Brexit, para crear su propia CONABIA. El sistema desregulatorio argentino es el más eficiente del mundo. Es un servicio que Argentina puede vender de distintas formas.

¿Qué evaluás acerca del pacto potencial que tiene este Acuerdo entre Mercosur y la Unión europea?

Marginal. Ya la mayoría de las exportaciones que le llevaba Argentina a Europa tenían aranceles bajísimos. Lo que le da volumen y competencia a un sector es el conjunto de políticas que hace que los sectores sean potentes y dinámicos. Se podría importar, por ejemplo, las políticas que tiene Europa para con sus Pymes: Tazas de un dígito, subsidio para la capacitación, subsidios para comprar bienes de capital…

Una protección que le da proyección, estabilidad…

Lo mejor de este Acuerdo es que va a desburocratizar el comercio con Brasil, que siempre nos ha hecho bullyng con los tratados.

Estamos en el cierre de una administración. ¿Rescatás cuestiones positivas? ¿Hay algunos desafíos pendientes que deberían trabajarse en el futuro?

Hay cosas administrativas que desde lo agropecuario que se hicieron bien.
Desde lo macroeconómico, se levantó el cepo sin que ello generara una debacle.
Regularizar el mercado del trigo y la carne fue un acierto. Originalmente, fue bueno eso de desgravar los derechos de exportación a todas las posiciones arancelarias de los productos de las economías regionales.
Bajar cinco puntos las retenciones a la soja fue innecesario, no había en ese momento una demanda en tal sentido. Las competencias que la Secretaría de Comercio de Moreno le había sacado al Ministerio de Agricultura en materia de control de comercio agropecuario volvieron al Ministerio de Agricultura, eso también estuvo bien.

¿Cuáles son los principales desafíos para el sector bio industria en el futuro?

La principal responsabilidad que tiene este sector es que el país no pase hambre. Ese sería un eje estructural. El otro es que los mayores índices de pobreza, las mayores catástrofes de Argentina tienen que ver con los cracks macroeconómicos producidos por falta de dólares, porque cuando hay una crisis de dólares se caen las Pymes, hay desempleo, los desempleados quieren reinsertarse poniendo kioskos que se funden rápidamente, después enferman y mueren de tristeza. Tengo cuarenta y cuatro años y hasta la fecha tuvimos veintiocho recesiones, de las cuales veintisiete fueron por crisis de dólares. Nos gana a nivel mundial Camboya…

Un podio nefasto

Cada crack económico genera un millón de pobres más. Se traduce en chicos que no pueden comer, y si no pueden comer no estudian…
Ahora hay que exportar, ya no hay más deuda para tomar.

Hay que buscar mecanismos productivos que nos permitan generar la entrada de dólares, no hay salida

Exacto. No puede haber hambre.
El otro tema es hackear al estado pasando por arriba de las burocracias públicas para darle velocidad a una fuerte y agresiva estrategia exportadora.

Vamos con la pregunta que le hacemos a todos los invitados. Si fueras presidente por un día…

Como Pinedo (risas)

Pero con responsabilidades más ámplias (risas). Tenés la posibilidad de aplicar una política y resolver un problema. ¿Cuál sería?

Unir a los argentinos, sin duda. Gobernar es unir.

Gabriel ha sido un placer. Y, como te prometimos, ahora te traemos un café.

(Risas) Por favor.

Responsable General: José Lezama Altuna.
Edición: Pablo Miranda y Juan Cruz Macchi.
Coordinación y Organización General: Viviana Noir.

Permitida su reproducción sin citación de fuente.

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