< Volver
Entrevistas

Carnicero: “La educación mejora con docentes que se animan a pensar nuevas formas de enseñanza”

Silvana Carnicero es Profesora de inglés, Licenciada en Educación y especialista en entornos virtuales aplicados a la educación. Su compromiso con la educación fue destacado con la nominación a mejor maestra del mundo por el Global Teacher Prize en el año 2018. Fundamentalmente Silvana es una docente de vocación, que se destaca por su firme defensa de la incorporación de la tecnología dentro del aula y su convicción de que se debe convertir a los alumnos en creadores.

Compartir en:

Silvana: Una alegría y un honor que estés acá con nosotros, en GEO.

Estoy muy contenta, gracias por invitarme.

La educación siempre ha sido para GEO un tema central que amerita siempre un debate profundo; en ese sentido, nuestra propuesta es recrear un espacio para hablar con precisión y sentido respecto a temas que nos importen a todos.

 

Contanos un poco de vos: sos docente de una escuela técnica en Pompeya ¿qué nos podes compartir sobre ello?

 

Sí. En realidad trabajo en todos los ámbitos: una escuela técnica pública, una escuela religiosa de clase media, con subvención estatal, y en una escuela de gestión totalmente privada en la localidad de Avellaneda. O sea que tengo un panorama bastante amplio; también trabajo en una Universidad Pública y en formación docente en el Profesorado de Lenguas Vivas. Y en formación docente a nivel virtual.

 

Desde ese recorrido y teniendo una mirada amplia del sistema educativo, ¿Cuál es tu diagnóstico del sistema? ¿El nuestro es un sistema que se distingue por la calidad?

 

Creo que en general hemos bajado un poco la calidad preocupándonos un poco más por el tema del egreso y por mantener la inserción. Lo que tenemos que replantearnos es cómo llegamos a la calidad, y qué entendemos por calidad. Lo que entendemos por calidad hoy no es lo mismo que se pensaba veinte años atrás, por ejemplo. Son otros alumnos, otra manera de aprender. Estuve dando entrevistas por el tema de los edutubers…

 

¿Qué es el fenómeno edutuber?

 

Hoy cualquier chico, y también las personas adultas, no van a leer algo en un manual para incorporar un conocimiento; van a la plataforma Youtube y miran un video que le explique lo que necesitan saber. Si es necesario pausarán ese video las veces que lo requieran. En resumen: los jóvenes van a Youtube a buscar explicaciones.

 

Me recuerda a una experiencia que empezamos cerca del 2001 con las Academias del Sistema CISCO. Consistía en un sistema de enseñanza para incorporar nuevas tecnologías, un programa muy interesante que se multiplicó como no se había podido multiplicar en ningún lugar del mundo. A pesar de no haber certificado un título oficial, fue una propuesta altamente demandada.

 

Exacto. Hoy también se está pensando más en las habilidades y lo que la persona logra y es capaz de hacer, y no tanto en el título.

La gente se está volcando masivamente a la virtualidad, se anota en varias capacitaciones al mismo tiempo; es más, a veces hay que limitar la cantidad de cursos por usuario, para que no le saquen la vacante a otro.

Yo en este momento estoy trabajando para los cursos del INET, el Instituto Nacional de Educación Tecnológica, que está dando formación virtual para docentes de escuelas técnicas. Tenemos alrededor de cincuenta y cinco docentes por aula que se anotan para capacitar. Cuando pensamos en calidad educativa es interesante que el docente se quiera capacitar, me parece que necesitamos habilitar este tipo de planes para que se puedan formar. La virtualidad es una posibilidad muy interesante para el perfeccionamiento docente, ya que de lo contrario debería suplantarse por una actividad presencial, que es más compleja en términos organizativos: si se envía a un docente a hacer una capacitación, hay un curso que queda sin docente.

 

Estos docentes que capacitás en nuevas tecnologías, cuando regresan al aula, ¿encuentran un sistema permeable a su aplicación? Te consulto porque se suele hacer referencia a la idea del aula como cápsula del tiempo: el docente llega a la puerta siendo usuario de una tecnología, y una vez que la atraviesa… viaja al pasado.

 

Hay docentes que vienen con ideas acerca de cómo aplicar las nuevas tecnologías en los entornos educativos, pero la realidad es que la conexión a internet no es buena en todos lados. No es fácil equipar a todas las escuelas juntas y creo que es un proceso. Pasamos del Plan Conectar Igualdad al Plan Sarmiento, con aulas digitales móviles, que no es otra cosa que un carrito que trae 30 netbooks que se quedan en el colegio. El lado positivo de esto es que quien la quiera usar, puede hacerlo porque están todas disponibilizadas, ninguna está fallando; lo negativo es que no hay un carrito por aula, entonces los docentes las tenemos que reservar, y esa organización al principio nos molesta, pero nos molesta porque —creo— todavía no nos hicimos amigos de la tecnología, no le encontramos la vuelta, no la vimos aplicada en una propuesta clara.

En la feria del libro la Fundación Varkey, la cual entrega el Global Teacher Prize, nos convocó a los docentes que habíamos estado nominados a un panel en el que una de las preguntas fue: ¿Cómo están paradas las escuelas públicas comparadas con las escuelas privadas?

El profesor Martín Salvetti, que dicta clases en Temperley y este año quedó entre los diez docentes nominados al mismo premio, dijo «A la escuela pública le falta todo». Algunas docentes que teníamos una trayectoria en la escuela pública respondimos que en realidad no es tan así. Yo tengo aula digital en la pública, y lo que tengo que hacer es que pedirla con anticipación. Pero en la privada debo compartir todo con la profesora de informática, y debo esperar que ésta esté desocupada para acceder…

Además, todo es muy dispar…lo que tiene una escuela tal vez no lo tenga la otra. Por ejemplo, en las escuelas técnicas de gestión pública se están entregando impresoras 3D, aunque no todas las están recibiendo. Son políticas públicas que se van implementando y que hasta ahora no llegan a cubrir todo el país.

 

Hablemos de proyectos telecolaborativos, de los cuales sos abanderada. ¿Qué nos podés contar de este tipo de iniciativas?

 

Como voy a mostrar en mi presentación en el ciclo Argentina Política, se  trata  de conectar a nuestros alumnos con estudiantes de otras partes del mundo para trabajar sobre temáticas globales. La conexión sincrónica o asincrónica depende un poco de la disponibilidad horaria por las diferencias horarias entre una región y otra. Se trata de entender que somos parte de un mundo, y que si bien hay cosas que nos diferencian también tenemos problemáticas similares como el cambio climático, el tema del empleo y el desempleo…

 

¿Cuándo arrancaste con esto? ¿Con cuántos estudiantes y cómo se te ocurrió la idea de aplicar la tecnología en el aula?

 

Empezamos hace veinte años con disquetes, imaginate (risas). La idea la trajo de Estados Unidos un maestro visionario y la llevó a Trelew; allí hizo colocar una antena y el primer proyecto telecolaborativo se llevó a cabo entre estudiantes de Argentina, Rusia y Estados Unidos. Este docente fallece en el recordado accidente aéreo de Fray Bentos y en su memoria se crea la Fundación Evolución, que es la pata argentina de este proyecto.

Estos proyectos trabajan con temáticas generales que pasaron a ser desde el  2015, parte los objetivos del desarrollo sostenible.

Te doy varios ejemplos:

Desde el año 2005 gestiono un proyecto que se llama My school, your school, en el que los chicos comparten cómo viven la educación en sus países. Hoy, ese es el objetivo cuatro en calidad educativa. En el 2004 participamos de un proyecto organizado por una profesora de Japón acerca de desastres naturales. ¡Nos invitaron a ir a la Cumbre de la Juventud de desastres naturales! Yo tenía a mi hija chica y no pude ir, así que participó una colega que había colaborado en el proyecto.

Participamos también con una escuela de Avellaneda del proyecto El SIDA más allá de tu patio. Los chicos de esta escuela parroquial quedaron sorprendidos al escuchar a chicos de Uganda hablar del SIDA como si fuera un resfrío.

Estos proyectos siempre desarrollaron lo que hoy conocemos como habilidades del siglo XXI: comunicación, creatividad, colaboración, alfabetización digital.

Me preguntaste cómo empecé… antes de internet con los disquetes. Siempre me interesó, como profesora de inglés busco que los alumnos usen el idioma de manera real. Entonces, los chicos me pasaban las cosas, yo las subía a los foros con el disquete, las imprimía en mi casa y les llevaba los posteos de los foros en un papel afiche y ahí ellos leían y le contestaban a los alumnos.

 

 

Acá detenemos la charla, le damos un respiro. Le contamos acerca de GEO, qué es lo que hacemos, cuáles son nuestros objetivos. Pero quedan en el aire muchas preguntas y ganas de investigar, así que rápidamente reanudamos la entrevista.

 

 

Los procesos telecolaborativos son complementos del rol docente. Eso implica un cambio muy profundo en la pedagogía… ¿Le cuesta este cambio a los docentes?

 

La tecnología por sí sola no va a traer cambios. Es cuestión que los docentes se vayan contagiando. Marta Libedinsky habla de innovaciones emergentes: aquellas que no vienen desde de arriba sino que las genera el propio docente en el aula. Un docente que antes innovaba sin tecnología ahora innova con tecnología y creo que tiene que ver con una inquietud por buscar qué hacer distinto, con ver a la innovación como búsqueda de soluciones a problemas.

La educación mejora con docentes que se animan a pensar nuevas formas de enseñanza, hay más flexibilización desde las aulas en estos términos y no tanto todavía desde las direcciones escolares, desde los sistemas.

Entonces, lo que le falta al docente todavía es un poco el acompañamiento institucional para animarse a más. Yo creo que eso es clave. Sin ir más lejos, ¿Se prohíbe o no se prohíbe el uso del celular en el aula?

 

Debería haber desde lo institucional una mejor predisposición para la innovación.

 

Exacto. Estas metodologías se siguen pensando como metodologías de borde, no como centro de lo que tiene que ser nuestra aula… la cosa pasa por ahí, me parece.

 

¿En qué medidas vos crees que este tipo de tecnologías pueden asistir para derribar alguna de estas barreras y ser una política de inclusión?

 

Te pongo el ejemplo ahora que estoy dando clases en una universidad en Florencio Varela. El target es de gente muy humilde, de treinta-cuarenta años (tengo una alumna de sesenta y uno) que sigue apostando a la educación como progreso personal. Que la universidad se acerque a los municipios implica que la gente pueda acercarse a la universidad.

Yo le doy siempre a mis alumnos mi número de teléfono y armamos grupos de WhatsApp, de tal manera que si alguien falta pueda avisar, e incluso los compañeros sacarle fotos al pizarrón y difundirlas.

Compartir me parece que nos va a habilitar de alguna manera a ayudar a que se produzcan determinados cambios.

Creo que todavía le tenemos miedo a la tecnología. Estuve escuchando una conferencia de un docente de Finlandia que hacía referencia a que la base del sistema de ellos es la confianza, y creo que nosotros todavía no la tenemos: ni en el alumno ni en el docente.

El docente porque corre con la desconfianza de sus pares, y del directivo.

Es el caso de los celulares. Si tenemos la tecnología ya dentro del aula, ¿por qué no la vamos a usar?

 

Silvana, ¿Qué fue para vos el Teacher Prize?

 

Mucho. Fue sentir el reconocimiento a un trabajo empezado veinte años atrás. No me puedo quejar, fui reconocida en muchas oportunidades: por la Fundación Telefónica, la Editorial Santillana, por Microsoft, que me invitó al Education Exchange este año en París…

Qué bueno que organizaciones, como Fundación Varkey y Microsoft decidan reconocer al docente, yo creo que de alguna manera alientan que esas ganas de innovar no se pierdan.

Este año estuve en Paraguay con una docente que conocí por Fundación Varkey, presentando y planeando con ella un proyecto nuevo que se va a llamar Arte Mundo, también de esta característica colaborativa.

 

 

Contanos de qué se trata este proyecto así lo podemos difundir desde nuestra organización.

 

Vamos atrás del objetivo hambre cero, así que en esta escuela religiosa en la que trabajo, les hice a mis alumnos buscar recetas, con el vocabulario propio, en inglés, de distintos países que les fui asignando. Además de las recetas típicas debían investigar cómo es el tema del hambre en esos países y preparar preguntas para estudiantes. Ahora estoy esperando las respuestas de un colega de Colombia-me las manda por WhatsApp porque hay cinco horas de diferencia y no podemos usar el Skype- que después daré a mis alumnos.

Siempre digo que si uno se anima, anima a otro; si uno se atreve, otro también.

Hay docentes que hacen muchas cosas, sin embargo se habla sólo de los que hacen paro.

¿Quién prepara a los chicos que se destacan en las Olimpíadas de matemáticas, por ejemplo?

Todos los alumnos merecen los reconocimientos, pero atrás hay un docente apoyando y una Institución que promueve.

Hay que acabar con la idea del profesor taxi, especialmente en secundaria. En otros países el docente no está en la escuela solamente el tiempo de clases.

 

¿Pudiste ver algún impacto de esto que vos has difundido?

 

Yo creo que todavía le falta mucha difusión porque es un programa que está empezando.

A veces los docentes tienen miedo a exponerse porque se los usa para réditos políticos. Un reconocimiento invita al político a conocerte. Yo estuve con el presidente y con el intendente de Avellaneda, que son de partidos distintos. Y no me pesó.

 Hay que solucionar problemáticas no importa de qué lado estamos. Si Microsoft me está dando equipamiento para las escuelas, me está dando capacitación docente gratuita y de calidad. Es decir, por qué tendría que estar en contra yo de Microsoft, no entiendo. ¿Por qué es una empresa poderosa? Hay que terminar con ese pensamiento.

 

Te saco un poco de tu tema y te llevo a una preguntarte sobre los temas de nuestra coyuntura. Se está terminando un ciclo político en Argentina… ¿Qué cosas rescatás como positivas y cuáles pensás que son los temas pendientes que han quedado?

 

Creo que hubo mejoras. Hoy en día el idioma inglés es obligatorio en las escuelas primarias de CABA desde el primer grado. La villa treinta y uno cuenta con una escuela impecable, con las últimas innovaciones, que es un modelo copiado de una escuela que también se hizo en Lugano. Hay muchas asignaturas pendientes pero no creo que podamos hacer un cambio de la noche a la mañana. No se puede hacer magia.

Yo veo que se pone de un lado, por ejemplo ahora el tren en Pompeya pasa por un viaducto, veo obras que se hacen… pero los comercios cierran y mucha gente no llega a fin de mes. O sea se pone de un lado para sacar a otro. La verdad no creo que las cosas cambien de la noche a la mañana.

 

Y ahora otra pregunta que le hacemos a nuestros entrevistados acá en GEO, es lo que denominamos “La pregunta GEO”… Si fueras presidente por un día y tuvieras la oportunidad de tomar una medida, una sola, que resuelva un problema definitivamente. ¿Cuál sería?

 

Resolver la pobreza. La pobreza arrastra muchos factores. Las tecnologías pueden traer cambios a la educación, pero el chico tiene que venir bien alimentado, con ropa, con zapatos…Los problemas se cruzan…tengo un alumno, mejor promedio en la escuela técnica que se levanta a las tres de la mañana para ayudar a su mamá a preparar la comida que después sale a vender. Estamos de acuerdo que los chicos no deben trabajar, pero si este chico no trabaja, su familia no come. Entonces, solucionar la pobreza soluciona muchas cosas, por ejemplo la salud.

Creo que es un problema muy abarcativo…

Estoy agradecido porque hayas aceptado la invitación. Una alegría tenerte aquí en GEO, podés contar con nosotros en la medida que creas que podamos ayudarte en alguna cuestión. Por lo pronto, difundir algunas de tus ideas y algunas de las iniciativas.

Muchísimas gracias por la invitación.

¡Contactanos!